Pudo no hacerlo. A sus 62 años, Verónica Merino pudo haber seguido con su vida, ya merecidamente tranquila, reservando, para la intimidad, su perspectiva sobre los impactantes acontecimientos que acompañaron su pasado. Sin embargo, una amiga, un taller literario y un ejercicio que apuntaba a ser una intrascendente entretención, se cruzaron en su camino. Todo ello dio forma al texto que nos presentó sobre una exótica travesía vital que contiene el testimonio, en primera fila, de un probable crimen de estado nunca resuelto. Y aunque pudo guardarse aquellas dolorosas vivencias para sí, una voz interior le pedía dejar constancia de algunos detalles desconocidos de un trauma que no sólo remeció los cimientos de una familia, sino también los de un país aspirante a democrático. Un hecho que sigue proyectando reclamos de justicia, siquiera en forma de karma o dharma para el linaje de los distintos implicados, en función de sus decisiones.
Más allá de aquel suceso, su libro "El invierno quedó atrás" reúne el curso de acontecimientos que esculpieron el coraje y destino de una mujer que reconstruyó su vida, armada de creatividad e intuición, desde las cenizas de cada incendio, cada exilio, cada bala, cada adiós y cada reinicio. Todo un ejemplo de confianza en que, si aprendes a levantarte y conectar con su abundante flujo de regalos, la vida tiene, al otro lado de los desafíos más terribles, una recompensa segura de amor y realización.
Por todo ello debíamos publicarla y tenemos el gusto de presentarles a Verónica Merino como Nueva Escritora IMBUK.
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